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poesía, vallarta, mar
viernes, 3 de abril de 2020
El vacío de amor y las profecías
El iniciado
La gaviota
Quisiera ser esa gaviota que vuela con garbo
Se lanza en picada al mar sin miedo, sin juicios
Y el mar la recibe con sus regalos
Volar, volar por los cuatro vientos
Cruzar los horizontes del infinito para llegar
A tus brazos en el siguiente verano
No sin antes recoger un pedazo de luna
El arco iris que nos saludó una mañana en el océano
Sí, algún día seré un águila que vuela sin descanso
Desde la montaña más alta, hasta la vela de tu barco.
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La palabra
Mi boca tu boca deshila palabras
Con ellas se abren las puertas del edén
O cierran el jardín de tu alma
Palabras de oro y plata
Sonidos que provocan la guerra o aprisionan
de acero o livianas como pluma.
Mi boca tu boca es una cueva de luz y de sombras
Su aliento acaricia con fuego
O derrite corazones de acero
Mi boca tu boca exhala esperanza
Con voces y cantos de luz
De ella brotan manantiales de mariposas
Mariposas que vuelan hacia la gloria
Mi boca tu boca, un eco de esperanzas
Alabanzas que van hacia el norte y esculpen soles
Cuando mis ojos te ven al filo de la aurora.
Agua de dios
Está lloviendo, es un día con muchas nubes y viento
pero en vez de agua caen sonetos
y los árboles se ponen contentos
las palomas bailan, los elefantes se estremecen
las rosas visten sus mejores trajes; su perfume
se esparce en oleadas por el bosque.
Está lloviendo y caen versos de Paz, de Neruda,
de Nandino, Pellicer y de Pacheco:
"De tantas veces que he nacido
tengo una experiencia salobre
como criatura del mar
con celestiales atavismos
y con destinación terrestre", dice Neruda.
Le contesta Pacheco:
"Contigo, hermana mía, hermano mío,
me formé de tu sustancia en el vientre materno.
volverás a la oscura tierra y yo, en cierta forma
soy tu hija, heredaré tu nada y tu nombre".
"Llovió, la hora es un ojo inmenso.
somos nuestros reflejos.
El río de la música entra en mi sangre.
si digo: cuerpo, contesta: viento.
Si digo tierra: contesta: ¿dónde?, replica Paz.
Nandino, ensimismado en la eternidad del polvo exclama:
"En cada mañana, al despertar, resucitamos;
porque al dormir, morimos esas horas
en que libres del cuerpo, se recobra
la vida espiritual que antes tuvimos
cuando aún no habitábamos la carne
que ahora nos define y nos limita
y éramos, sin ser, un misterio puro
en el ritmo total del universo".
Pellicer remata:
"No lo sé, pero un día bueno y sano
y hermoso de estar lleno de alegría,
sangrando todo un fruto de energía,
saldré a buscarte con el sol mediano".
Yo te espero en cada lluvia, en cada bostezo de la tarde
en todos los rezos del crisantemo
en los días que se van sin prisa, riendo
en las estrellas que nos emboban con su parpadeo.
Te espero.
Agua de dios
Del sonido original viene la voz del viento
las voces de todos los aeones,
el canto del ave, la sonrisa del mar
tus ojos que alumbran un tunel sin tiempo
soy agua de dios que corre por distintos cerros
baja por cañadas de fuego
incendia las cascadas de tus cuerpos
Soy agua de Dios
el agua de todos los tiempos.
Lluvia
agua de luz y de sombras
moja mi risa, empaña mis plegarias
limpia tristezas
abraza los cuerpos con su falda ancha
No deja de llover, el día está contento
no tiene sed ni prisa ni enfado
El sol llora en su soledad
el mar se agita por dentro
mi corazón es una ola sin freno
Neblina
cinco deseos de llegar a la cima
cinco estrellas en la frente de una dama
el cielo se estremece con el suspiro de mi alma
me cambio de rostro para verte sin velo
la lluvia traviesa me aleja de tu risa
moja mis pasos sin prisa
es dificil caminar en el filo de la neblina
A salto de mata
De una ventana a otra, de tus ojos a mis hojas
De tus ramas a mis alas
De un día sin nubes a la noche con lluvia
De un suspiro liberado en invierno
Al bostezo de tu corazón tierno
Voy brincando entre los versos de tus piernas
De un lago sin fondo hasta el límite de tus sombras
No sé porque te busco en la neblina de mis ansias
En la oscuridad de mis deseos
Tal vez es tu luz de ángel que me llama.
Ni pasos dejo ni pasos doy
sobre todo los que me llevan a la puerta del sol
borro aquellos que me pierden en la neblina de mis angustias
o los que dejan huellas con sal en la noche
hoy viernes camino hacia la longitud de tus brazos
la luna corre a mi encuentro
una manada de estrella cae del cielo.
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